A veces un negocio de restauración puede beneficiar de forma más normalizada a las personas con problemas de subsistencia que instituciones públicas o privadas del bienestar o de la caridad, sin costos adicionales de mantenimiento de las organizaciones que desempeñan la tarea.
En algunas circunstancias las empresas privadas son más eficaces que las empresas públicas o la propia administración o las entidades subvencionadas por la administración. A veces son mas eficientes, baratas y de más calidad para dar exactamente el mismo objetivo. La competencia permite ver mejor los resultados que los monopolios ya sean estos privados o públicos. El Estado debe estar para que se cumpla el objetivo del bienestar y no necesariamente para asumir la tarea directamente creando inmensas organizaciones. Aunque en las empresas privadas sean actuaciones temporales y no sea su objetivo directo el bienestar sino las propias de las empresas privadas en la lógica del beneficio económico como medio de subsistir en la competitividad, pueden conseguir indirectamente también no solo desarrollo económico sino también desarrollo social.
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