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martes, 23 de julio de 2013

La gran confrontación: evolucionismo y creacionismo.



De la gran confrontación entre el evolucionismo y el creacionismo que se iniciaría en el siglo XIX a partir de la publicación del libro “El Origen de las Especies” de Charles Darwin, recientemente se ha producido un nuevo intento por poner el debate en el terreno intelectual (filosófico-científico) y apartarlo en parte del debate religioso clásico. Eran dos posicionamientos que de alguna forma se daban la espalda y era como un dialogo de sordos, cada uno a lo suyo. Era algo que se había quedado estancado desde hacía ya varios años y que no evolucionaba el debate y se había quedado en unos que se ceñían radicalmente en una postura cientificista y  otra en la postura de la religión o la fe.
En los últimos tiempos el creacionismo con sus seguidores más intelectuales y los del campo de la ciencia que también supieron combinar ambos paradigmas, se unió a la teoría creacionista un interesante arsenal teórico para no dejar el debate contra el evolucionismo solo en el campo de la religión frente a la ciencia y conseguir infiltrarse en los planos de debate más intelectual y científico.
El instrumento utilizado es el DISEÑO INTELIGENTE (ID en Inglés por Intelligent Design).
El Diseño Inteligente continúa en la idea de negar en mayor o menor medida la validez e importancia de las explicaciones evolutivas sobre el origen de las estructuras biológicas. Piensa que para que todo eso se produzca es necesaria la intervención directa de un ser inteligente. En realidad es el mismo diseño solo que coloca en el centro de la escena en vez de a Dios a su equivalente en forma de un ser inteligente.
El Diseño Inteligente no formula hipótesis contrastables, en su ataque al evolucionismo, tampoco cumple los requisitos del método científico en este sentido y es considerado por la mayoría del campo contrario como una forma de pseudociencia.
Desde luego es un intento muy serio de volver a poner en la escena de la actualidad el debate que había perdido interés y vigor y el creacionismo estaba quedando extinguido por la desaparición de la masa de aquellos que lo defendían solamente por fe en la religión y en Dios más que por argumentos teóricos suficientes, quedando todo el espectro de la lucha de un núcleo cada vez más minoritario muy ligados a la religión frente a una cada vez más mayoritaria cantidad de personas que apoyaban las ideas evolucionistas.
En el siguiente enlace hay un desarrollo interesante de un posicionamiento que plantea dudas sobre el evolucionismo de la mano de Natalia López Moratalla en su artículo Evolución y Evolucionismo:


“El viviente que resulta de la emisión del código genético de Homo sapiens es corporalidad abierta (no cerrada en su biología al marco del entorno o nicho ecológico), ni en su fisiología, ni en el modo de conocer, en el modo de relación, en el comportamiento o conducta de cada hombre. Y al mismo tiempo cada peculiar viviente abierto al mundo, a los demás, y abierto a sí mismo (intimidad) modula de tal manera su propia construcción orgánica, especialmente el cerebro. Pero no está atado de forma determinista a los automatismos ligados y emergentes del sistema biológico. Es decir el entorno en cuanto relación humana, las emociones y sentimientos, la afectividad, los hábitos, las decisiones, etc. de cada uno de los hombres contribuyen como otro modo de información y de procesar información en la constitución del propio órgano del cerebro. La génesis del hombre tiene un elemento nuevo: la relacionabilidad o apertura. Más aún, las relaciones interpersonales, y la misma conducta, determinan la construcción y la maduración del cerebro de cada sujeto, como muestran un buen número de estudios de neurociencias. Es bien conocido, por ejemplo, que no acaba de construirse un cerebro adecuado, no madura, si la vida no es vivida en relación personales. Y a su vez, la subjetividad (mente, psique), que emerge de la conformación cerebral de cada hombre, escapa en cada uno del automatismo biológico.” (1).

Las actuales teorías en las que se apoya el creacionismo, son muy tendenciosas y resultan muy forzadas para desmontar las ideas de la evolución, a la que deja constreñida a un artificio de interpretación para a continuación enredar los flecos o los harapos que ha dejado con trampas teóricas igualmente artificiales y falsas.
Sin embargo la teoría del Diseño Inteligente tiene una concepción interesante respecto a la importancia de las aportaciones no genéticas o puramente biológicas humanas en los procesos sociales y de la evolución biológica. Pero esta teoría que se metió en ese espacio no tomado por la ciencia empírica por un atavismo de que el ser humano es el ser superior de la naturaleza hasta el extremo de llevar a la teoría materialista de la evolución a una interpretación dialéctica donde el ser humano aunque no por causas divinas sino por tradición es el centro del universo y todo tiene el sentido que su voluntad quiera darle. Sin embargo la teoría del Diseño Inteligente puede explicar como en los procesos sociales y de la evolución biológica existe como un manuscrito antiguo enrollado que solo a través de la razón se va desenrollando y desvelando. Eso es lo que hace al hombre creativo, pero más que creativo por si mismo, por su capacidad de desvelar a través de la razón, la lógica y el pensamiento matemático, la verdad.
Evidentemente aunque había ese vacío teórico que la política religiosa aprovechó para darle un golpe a las sacralizaciones cientificistas que apoyan la teoría de la evolución y dejar en evidencia a los evolucionistas, el Diseño Inteligente sin embargo no sirve en si para desmontar y ni siquiera para contrastar la teoría de la evolución, que aun con sus lagunas y vacíos sigue siendo la que a través de la explicación de la selección natural puede dar sentido perfectamente el desarrollo general.
La teoría del Diseño Inteligente sirve para ayudarnos a comprender la capacidad de conocernos a nosotros mismos, diferenciando la razón de las emociones.
La razón es un proceso individual y colectivo enlazado por las redes naturales de la socialización humana que van desvelando una especie de diseño racional que ordena todo el universo y que poco a poco vamos desvelando. La virtud principal del ser humano es la capacidad que por encima de los otros seres conocidos biológicos o geológicos, nos permite desvelar a través de la razón la verdad del universo.
El otro proceso social de interacción es el de las emociones que son sistemas basados en el azar. Forman sistemas cerrados que se nutren de “constructos” de la razón solidificados en la cultura de socialización.
Las emociones no son creativas son simplemente caprichosas, aleatorias y que se producen al azar.
En medio de todo este debate está el psicologísmo que en parte fue un intento fracasado de salvar el creacionismo pero que quedo sin embargo encriptado por la vanidad humana de no resignarse a formar parte de un modo poco significante del universo. Pero que sin embargo se le brindó un asiento en la mesa de la todopoderosa comunidad científica admitiendo sin demasiadas críticas a la psiquiatría y a la psicología en el olimpo de las ciencias incontestables a pesar de ser su objeto de estudio los efectos, no las causas de la interacción social y en este sentido del “Diseño Inteligente” que se va construyendo y desvelando en esa "interacción". 
Esta maligna combinación de la comunidad científica, la religión y los intereses políticos, siempre tan recurrentes para el desarrollo de las ideas equivocadas y las supersticiones, así como la naturaleza actual del ser humano que en su simpleza y para dar cabida a esa vanidad y soberbia, cuanto menos, han desbancado por innecesarias a todas las ciencias sociales, a la física social y a las ingenierías sociales aplicadas para ser absorbidas por las ciencias de los efectos psicológicos.

Fuentes:
- (1) Natalia López Moratalla. Evolución y Evolucionismo.


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