Extraordinario ejemplo de como la interacción y no nuestra mente es la que dirige nuestro comportamiento. Aunque la información la procesa el cerebro no es por el cerebro por lo que se produce la acción. Por el tubo de escape sale el humo pero el humo no se produce en el tubo de escape, se produce en el motor. Por mucho que te ocupes del tubo de escape no se soluciona el problema del humo.
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