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lunes, 9 de diciembre de 2013

Sustitución de las decisiones subjetivas, injustas e imprecisas por algoritmos matemáticos.


La codicia esta relacionada con el instinto de territorialidad de todos los seres biológicos. Todos y cada uno de los hombres son territoriales y codiciosos. Por eso el ser humano en su conjunto como ser biológico no tiene remedio. Esto se ha demostrado en todas las revoluciones sean del color que sean y con el objetivo que se haya querido a lo largo del tiempo. Tarde o temprano les sale la territorialidad posesiva y la codicia a los ejecutores. La única solución que puede existir solo se ha podido producir en esta época con el desarrollo tecnológico. Hoy en día es posible ir sustituyendo en la toma de decisiones a los empresarios, políticos, jueces, funcionarios, mediadores, etc. por un sistema ideado para lograr la justicia, la distribución de bienes y servicios, la igualdad y la participación social, etc, controlado democrática y directamente por los ciudadanos y ejecutado sólo y exclusivamente por una gestión automatizada que resuelva con medios electrónicos los proyectos aprobados en esos órganos de participación directa de poder, de modo casi on line, donde los humanos puedan arrogarse una representación objetiva. La subjetividad humana individual y las pasiones desatadas colectivas no pueden ser objetivas nunca porque existe un factor de territorialidad y no hay ningún ser biológico que se pueda desprender de ese condicionante.

Mientras no se demuestre lo contrario sólo la cibernética y la electrónica pueden ser justas y precisas y acumular indefinidamente procesos cada vez más perfeccionados de conocimientos por interacción y autocreación de cadenas de algoritmos que se les van agregando a través del sistema y que le permite irse perfeccionando en su actuación cotidiana, conectando con todos los elementos del sistema, en espacio y tiempo inmediato a través de las redes, para poder procesar los factores necesarios para la toma de decisiones.

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