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martes, 29 de mayo de 2012

No pienso regalarle ni mi esfuerzo ni mi trabajo.


Una universitaria cursaba el último año de sus estudios en la Facultad.

Como suele ser frecuente en el medio universitario, la chica pensaba que era
de izquierdas y, como tal, estaba a favor de la distribución de la riqueza.

Tenía vergüenza de su padre. Él era de derechas y estaba en contra de los
programas socialistas.

La mayoría de sus profesores le habían asegurado que la de su papá era una
filosofía equivocada.

Por lo anterior, un día ella decidió convencer a su padre.

Le habló del materialismo histórico y la dialéctica de Marx tratando de
hacerle ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto.

En eso, como queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó:

-¿Cómo van tus estudios universitarios?

-Van bien -respondió la hija, muy orgullosa y contenta-.

Tengo una nota media de 9, hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, no salgo
casi nada con los amigos, no voy de fiestas, no voy a la disco, no tengo
novio y duermo cinco horas al día porque dedico muchas horas al dia a
estudiar.

Entonces el padre le pregunta: -Y a tu amiga Soledad, ¿cómo le va?

La hija respondió muy segura: -Bastante mal, Sole no se esfuerza porque no
alcanza el 6,(tiene 4 de promedio), pero ella se va a bailar, pasea mucho
con los amigos, fiesta que hay está presente, estudia lo mínimo, y falta
bastante... no creo que apruebe, por lo menos este año.

El padre, mirándola a los ojos, le respondió: -Entonces hablá con tus
profesores y pídeles que le transfieran 2,5 de los 9 puntos tuyos a ella.
Esta sería una buena y equitativa distribución de notas porque así las dos
tendríais 6,50 y aprobaríais todas las asignaturas las dos.

Indignada, ella le respondió: -¡Estás de coña? ¡Me rompo la cabeza para
tener 9 de media! ¡Te parece justo que todo mi esfuerzo se lo pasen a una
vividora, vaga, que no se esfuerza por su carrera!
Aunque la persona con quien tengo que compartir mi sacrificio sea mi mejor
amiga... ¡¡No pienso regalarle ni mi esfuerzo ni mi trabajo!!

Su padre la abrazó cariñosamente y le dijo:

-¡Bienvenida a la derecha!

Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que no es nuestro.

Es muy cortito, tremendamente claro y se aplica 100% a nuestra realidad
social:


Pensamiento de A.Rogers (1931)

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